Nada que decir al hecho de que la policía precintase las habitaciones e interrogasen a Carmen de Mairena al respecto, es su trabajo, ahora bien en Barcelona, como en tantas otras ciudades, parece que hay una doble vara de medir, pues no demasiado lejos del barrio que nos ocupa, todos los que vivimos en la ciudad condal, sabemos que está plagado de pisos alquilados, bien como apartamentos turísticos o por habitaciones, con precios abusivos y sobre todo sin ningún permiso para la actividad a la que se dedican, suponiendo un fraude a todos los ciudadanos, que sí pagamos nuestros impuestos y un enriquecimiento ilícito por parte de los propietarios.
Como siempre, es mucho más fácil meternos con una persona como Carmen de Mairena que por lo que cobraba por el alquiler de un par de habitaciones, no creo que le sirviese para enriquecerse, sino más bien como pura y dura subsistencia.