Toda una vida dedicada a la conquista de una sociedad más justa y solidaria, el militante obrero que a finales de los 50 fundó CCOO en la clandestinidad y ya en democracia fue nombrado primer secretario general del sindicato. Vinculado al PCE e IU, su lucha al lado de los trabajadores le hizo exiliarse y pasar en prisión casi 14 años, durante la dictadura.
Hoy más que nunca y como consecuencia de la crisis económica, las palabras de Marcelino Camacho: "Ni nos doblaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar" debieran ser las de todos los trabajadores y su lucha un ejemplo para las nuevas generaciones.
Su familia quiere que le recordemos como: "un hombre bueno, dedicado a los trabajadores, a las causas sociales y al estado del bienestar". Un abrazo a su leal e incansable compañera Josefina, a sus hijos y nietos, aunque con la pérdida de Marcelino, todos los trabajadores nos sentimos un poco huérfanos. El consuelo, el mejor de los legados, el de las personas que intentan mejorar la vida de todos, sobre todo la de los más débiles.